Marcos Travaglia
Reseña de Daval, Alia (ilustraciones) y Suhamy, Ariel (textos), Spinoza por las bestias, trad. Sebastián
Puente, Buenos Aires, Cactus, 2016, 159 pp.
Spinoza por las
bestias de Alia Daval (ilustradora) y Ariel Suhamy (escritor)
es un libro cautivante, accesible, sumamente bello y bien logrado, con muchos
detalles cuidados con gran dedicación. Siguiendo la meta de hacer una
introducción a Spinoza, entre tantas posibles, este dúo presenta un Spinoza de
divulgación ilustrado. Estos dos últimos conceptos (“divulgación” e
“ilustración” – en el sentido de “dibujo”) tienen, en el ámbito académico, un
lugar generalmente relegado o postergado en favor de una pretendida asepsis de
una filosofía más pura. En los ámbitos más tradicionales el canon más
abigarrado cree que no se puede hacer filosofía lejos de los conceptos
abstractos y cerca de los simples mortales, más entendidos en sus asuntos
cotidianos que en la contemplación de entelequias. La búsqueda de ampliar el
público de la filosofía y el cruce con discursos plásticos ocupan un lugar
relativamente marginal en nuestra práctica, al punto de no ocupar ninguno en el
ejercicio de muchos colegas. Sin embargo, esto no siempre fue así. En la
antigüedad, el recurso a metáforas, mitos y relatos de fuerte carga literaria
era un recurso fundamental, y en la edad media no solo se componían bestiarios
ilustrados, sino que además los códices de otros géneros eran vivamente decorados.
En la modernidad el recurso a la ilustración no desaparece (el ejemplo de la
portada del Leviathan de Thomas
Hobbes es emblemático), pero sí disminuye progresivamente hacia el presente,
cuando está ausente hasta de las portadas, salvo en contados casos. La
filosofía se desentiende del apoyo en imágenes y en la actualidad los libros
ilustrados son generalmente para niños, e incluso a primera vista creeríamos
que Spinoza por las bestias es uno de
ellos. La divulgación, por su parte, padece generalmente el prejuicio de
“desvirtuar” la filosofía y alejarla de su pureza original. Se dice que abrir
la filosofía al público no especialista le quita la riqueza sustancial para
convertirla en una especie de autoayuda o charlatanería de hobby de la clase
media con aspiraciones culturales, que se reúne unas horas a tomar vino y
prestar atención dispersa a un show de palabras poco frecuentes. Esto puede
suceder alguna que otra vez, pero, ¿es el destino indefectible de cualquier
intento de divulgación?
PDF Descargar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario