29 agosto, 2013

La metafísica de Spinoza: Substancia y pensamiento

MELAMED, Yitzhak Y. Spinoza’s Metaphysics: Substance and Thought, Oxford University Press, New York, 2013, 256 pp.

Yitzhak Melamed nos ofrece aquí una nueva y sistemática interpretación del núcleo de la metafísica de Spinoza. En la primera parte del libro, nos propone una nueva lectura de la metafísica de la sustancia en Spinoza: sostiene que los modos, para Spinoza, son tanto inherentes a como se predican de Dios. Utilizando una amplia evidencia textual, muestra que Spinoza considera los modos como propiedades de la esencia de Dios. Igualmente, nuestro autor explica qué entiende Spinoza por infinito, las relaciones mereológicas, los modos infinitos y el flujo de las cosas finitas a partir de la esencia de Dios. En la segunda parte del libro, Melamed, apoyándose en esta interpretación de la relación substancia-modo y la naturaleza de los modos infinitos, propone dos tesis interrelacionadas acerca de la estructura del atributo de pensamiento y su papel primordial en la metafísica de Spinoza. Por un lado, muestra que Spinoza no tenía una, sino dos teorías del paralelismo independientes. Por el otro, Melamed afirma, en su tesis principal, que las ideas, para Spinoza, tienen una estructura multifacética (de hecho, infinitamente facética) que permite a una sola y misma idea representar los modos infinitos que son paralelos a los atributos infinitos. Así, el pensamiento resulta ser coextensivo a la totalidad de la naturaleza. Desde luego, Spinoza no podría aceptar una reducción idealista de la extensión al pensamiento debido a su idea sobre la separación conceptual de los atributos. Sin embargo, en la metafísica de Spinoza –según Melamed--, el pensamiento tiene claramente primacía sobre los otros atributos en la medida en que es el único atributo tan complicado, tan complejo y, en algunos sentidos, tan poderoso como Dios o Naturaleza.

26 agosto, 2013

Spinoza esencial

Vicente Hernández

GARCÍA DEL CAMPO, Juan Pedro. Spinoza esencial, Montesinos, Madrid, 2012, 159 pp.; Spinoza y la multitud (el resto falta), Hiru, Hondarribia, 2012, 188 pp.

Estos dos pequeños libros de García del Campo, el primero de ellos una antología de textos
spinozianos precedidos de una Introducción, y el segundo una novedosa y original pieza de radioteatro, constituyen una nueva muestra del imparable proceso de recuperación, en clave actual, del pensamiento de Spinoza. Tanto la orientación que toma el primero, como el contenido explícito del segundo, se refieren a la filosofía política de Spinoza nucleada en torno al concepto de “multitud”, con la particularidad de que el segundo de los libros, mediante la ficción, trata de enlazar dicho concepto con la experiencia de democracia directa que ha representado el movimiento español del “15 M”. Nada que objetar a semejante ficción teatral. Todo lo contrario: la idea de un Spinoza militante de una causa no liberal de democracia, sino en proceso de construcción permanente para la mayor potencia colectiva de sus miembros, no puede ser más oportuna en estos tiempos. Cosa distinta es la discusión teórica a la que puede dar lugar.

Centrémonos en Spinoza esencial. Concretamente en la Introducción que precede y justifica la antología de textos compuesta por los parágrafos 1 a 38 del Tratado de la reforma del entendimiento; una selección de la Ética que incluye las proposiciones 1-11 y el Apéndice de la Primera Parte, las proposiciones 1-16 de la Segunda Parte y las proposiciones 1-9 de la Tercera Parte; el Prefacio del TTP y los capítulos 1 y 2 del TP. Que el libro pueda titularse “Spinoza esencial” sólo se debe al tipo de colección editorial de la que forma parte, porque, conviene aclararlo, aquí no encontraremos lo esencial del pensamiento de Spinoza, aunque sí algunos aspectos bien explicados y razonados del mismo, que no es poco. En el estudio introductorio queda expuesto con claridad el sentido antimetafísico e inmanente de la Parte Primera de la Ética y la ruptura con la visión dualista y la física de Descartes (si bien la referencia a la Carta 81 a Tschirnhaus sobre el fisicalismo cartesiano debió proseguirse, a mi juicio, con la Carta 83, donde Spinoza precisa que “la materia es mal definida por Descartes por medio de la extensión”, anticipando con ello un concepto no reduccionista de materia perfectamente actual). La reconstrucción de la Parte Segunda se inicia con la recuperación spinoziana de la mente (mens) frente al alma (anima) y se avanza desde la “idea de la idea” y sus correspondientes y sucesivos afectos hasta alcanzar las “nociones comunes”, que posibilitan el paso del primero al segundo género de conocimiento. En la Parte Tercera, a través de la alegría de los afectos, se accede a la relación entre “multitud e individuo compuesto”, así como a la conexión entre “multitud, derecho y democracia”. La noción de “individuo compuesto” es recurrente en el autor, ya que fue el tema de su tesis doctoral leída en 1990. Sin embargo, a mi modo de ver, aceptando la objetividad de su contenido cooperativo, que otorga mayor potencia al individuo que se compone con otros, ¿no sería conveniente utilizar nuevas nociones, como la de un individuo natural ligado a la especie social desde la perspectiva evolucionista?, ¿no deberíamos actualizar epistemológicamente el lenguaje interpretativo del spinozismo?

Como se señaló antes, esta lectura de la Ética sólo llega hasta la proposición 9 de la Tercera Parte. Desde ahí el autor plantea unas “estrategias del conatusbasadas en el concepto de “multitud”, recuperando para ello los textos del TTP y del TP. El problema es que estas estrategias políticas parecen agotarse en una visión colectiva o comunista del conatus descontextualizada con respecto al sistema de pensamiento de Spinoza, que se orienta hacia la realización ética del conatus en el tercer género de conocimiento, un género de conocimiento que se anuncia ya en la Parte Segunda (E2, 40, esc.), se proyecta en la Parte Cuarta (E4, 67) y culmina en la Parte Quinta (E5, 12-40). Aun dando por bueno el concepto de “multitud” desde una perspectiva democrática radical al modo de Negri y Hardt (algo por otra parte controvertido – vid., Javier Peña: “Cómo se ordena la potencia de la multitud”, Laguna, 31, 2012), lo cierto, en cualquier caso, es que Spinoza escribió una ética para el sujeto libre que no teme la muerte y cuya mente conectada a un cuerpo “apto para muchísimas cosas” genera la idea “sub specie aeternitatis”. Sin negar la militancia spinozista a favor de la democracia como una suerte de conatus colectivo, éticamente la mayor potencia se realiza del lado del sujeto como tal, de su mente y de su cuerpo.

19 agosto, 2013

Tras Spinoza: más sabios, más libres, más felices

En 2010, Ursula Renz (Universidad Alpen-Adria, Klagenfurt, Austria) ganó el premio Journal of the History of Philosophy, que otorga el prestigiado editor Vittorio Klostermann, por su libro Die Erklärbarkeit von Erfahrung: Realismus und Subjektivität in Spinozas Theorie des menschlichen Geistes (La explicabilidad de la experiencia: Realismo y subjetividad en la teoría de la mente humana en Spinoza), mismo que le permitió la entrada a la escena de la filosofía europea en general; si bien, ya era reconocida en el mundo de la filosofía en alemán como una señalada especialista en neokantismo de fin de siglo, así como por su ensayo sobre Cohen, Natorp y Cassirer.

Según la reseña de Martin Saar, en Notra Dame Philosophical Reviews, Renz elabora en su monografía sobre Spinoza una interpretación original, además de rigorosamente argumentada, de la segunda parte de la Ética que gira alrededor de la apuesta filosófica fundamental de Spinoza --‘La experiencia subjetiva puede ser explicada, y su explicación exitosa es éticamente relevante porque nos hace más sabios, más libres y más felices’--, y al mismo tiempo, hace una interesante contribución a los debates filosóficos actuales sobre la mente insistiendo en la categoría spinoziana de la mente como idea del cuerpo --‘un cuerpo auto-consciente’. He aquí la entrevista que Renz concedió a la revista electrónica 3:AM (septiembre, 2012) a propósito de Spinoza.

Hacer clic aquí: After Spinoza: Wiser, Freer, Happier 

12 agosto, 2013

Spinoza y el spinozismo

Micael Alcalde Ordóñez

MOREAU, Pierre-François. Spinoza y el spinozismo, Escolar y Mayo, Madrid, 2012, 171 pp.

Spinoza y el spinozismo se presenta como un libro imprescindible para aquellos que buscan introducirse en el pensamiento filosófico de Spinoza. El original francés apareció, hace ya unos años, en la colección “Que sais-je?” de la editorial P.U.F., dedicada a temas monográficos de interés actual. Colección, por tanto, dirigida al gran público y no a un lector especializado. De ahí su slogan promocional: “La première encyclopédie de poche”. Ello nos podría inclinar a pensar en una monografía de corte divulgativo. Sin embargo, si este libro bien puede ser eso –que sin duda lo es–, puede ser también algo más. Se nos ofrece con él una vista panorámica del conjunto de la obra del filósofo en profunda sintonía con su tiempo, pero sin renunciar a la relación que guarda con su complejo contexto histórico (científico, cultural, religioso…). La presente obra se inserta, de este modo, en la corriente que desde hace algunas décadas ha comenzado a reivindicar la figura de Spinoza, principalmente en Francia, colocándose en la estela de un pequeño puñado de obras cuyo tino y eficacia teóricas han vuelto a poner en primera plana del pensamiento contemporáneo a aquel que fuera denostado en su tiempo. A este respecto, el propio autor, alude a estudios pioneros que le han precedido1. Así, el libro que aquí presentamos podría entenderse no tanto como una obra divulgativa que pretenda facilitar el acercamiento a Spinoza sino, más bien, como una puesta en escena de su pensamiento y de los problemas más característicos que el mismo ha suscitado a los intérpretes tras su aparición en los albores de la modernidad. Por lo tanto, este libro puede ser acogido, después de todo un proceso creciente de relectura de Spinoza desde diversas perspectivas, como un punto de calma y sosiego para la reflexión spinoziana. Una nueva recalada, con todo el rigor de un gran historiador de la filosofía como Moreau, que nos ofrece, tanto por los acertados apartados en que su índice se divide como por el tratamiento de los mismos, lo que podría definirse como una enorme entrada de diccionario sobre Spinoza y la recepción de su legado. De ahí tal vez la elección del título: Spinoza y el spinozismo. La obra llega por primera vez a España traducida por el profesor Lomba.

La amplia exposición de la vida de Spinoza conforma el primero de los capítulos: “La vida”. Gira alrededor de temas cruciales en el desarrollo intelectual de este pensador: su herencia judía, la especificidad del marranismo, el contexto político convulso de los Países Bajos en la época, el auge del cartesianismo o el nivel de desarrollo de la ciencia del momento. Lo cual ayuda a romper el tópico, fuertemente arraigado en el imaginario colectivo, del filósofo aislado. La tradicional estampa que algunos biógrafos recrean del Spinoza ermitaño, pensador de Dios, de vida virtuosa, pulidor de lentes, deja paso al Spinoza más comprometido con los acontecimientos políticos del momento, tanto nacionales (muerte de Jan de Witt e implicación intelectual con el republicanismo), como internacionales (muerte de Cromwell). Apareciendo asimismo su estrecha relación con la nueva ciencia naciente: su oficio de pulidor de lentes no quedaría tan sólo como el pasatiempo para distraer la ajetreada mente del genio, y desde luego sería algo más que un mero sustento económico para una persona condenada a confinamiento doméstico. Estaríamos ante un trabajo técnico de precisión y calidad punteras, absolutamente imprescindible dentro del contexto científico que busca extenderse hacia ese nuevo mundo de experiencia que se abre bajo la mirada de los microscopios. Todo ello nos desvela una intensa vida social, pese a su recogimiento, de la que también formarán parte las visitas de amigos y admiradores, así como una prolífica correspondencia.

05 agosto, 2013

De la servidumbre a la libertad: Spinoza sobre la excelencia humana

Eugene Marshall

LeBUFFE, Michael. From Bondage to Freedom: Spinoza on Human Excellence, Oxford University Press, New York, 2010, 253 pp.

Michael LeBuffe's From Bondage to Freedom: Spinoza on Human Excellence is an excellent presentation of Spinoza's moral theory. LeBuffe presents and analyzes not only the moral theory itself but also its place in Spinoza's system. This book is a significant contribution that ought to be read by anyone interested in the ethics or moral psychology of early modern philosophy, in addition to Spinoza scholars.

Consider Spinoza's Ethics. How does one approach such a monumental work? One could say that readers should begin at the beginning. This tactic mirrors many interpretations of his work, in that readers often interpret its later parts in terms of the earlier doctrines. To be sure, such a method can lead to profound results. For example, Michael Della Rocca's recent book, Spinoza, interprets Spinoza's system from the perspective of the principle of sufficient reason, which appears in the second axiom of Part One and, more clearly, a few pages later in the 11th proposition, allowing him a powerful and informative lens with which to view Spinoza.

This is not the only avenue of entry into Spinoza's system, however. Instead of beginning at the beginning, one may skip ahead to the end and see whodunit. Indeed, several considerations justify such an approach. For one, Spinoza's system is synthetic and geometric in form: geometric in that it proceeds like a demonstration from Euclid's Elements, employing deductive inference from axioms and definitions to propositions; and synthetic in that it begins at the simplest concepts and builds up to something more complex, ostensibly the aim of the demonstration. The Ethics culminates with a discussion of the highest human good, suggesting that this doctrine may be the aim of Spinoza's project, the earlier parts having been presented in service to this end. What's more, Spinoza himself claims that his goal is, ultimately, to lead us to "knowledge of the human mind and its highest blessedness" (Preface, Part II). So, another way to read the Ethics is to begin with its end in mind.

Michael LeBuffe takes such an approach, presenting an interpretation of Spinoza's thought that puts these considerations at the forefront. By focusing on Spinoza's moral theory, LeBuffe provides the reader with two benefits: first, his focus affords us a valuable lens through which to view Spinoza's system; second, his explanation demonstrates the appeal of Spinoza's moral theory in its own right.

According to LeBuffe, Spinoza's moral theory brings together several disparate strands of Spinoza's thought, strands with which commentators have wrestled for some time. The first
strand concerns Part III's conatus, the striving to persevere in our being that constitutes our essence. Throughout Part III and into Part IV, Spinoza describes this essence as a striving to persevere in our being, where that is understood as whatever increases our power of acting. Spinoza builds a value system onto this story, whereby that which increases our power and thus aids our persevering is good and that which does not is bad. By the time we reach Part V, however, Spinoza has switched his terminology, understanding good and bad in terms of knowledge and ignorance, or activity and passivity of the mind. LeBuffe states the issue as follows, saying, "What is the relationship between these two ends of human action, perseverance in being and knowledge?". The answer to this question lies at the heart of LeBuffe's project here.