© Agustín Sciammarella |
'Concebimos las cosas como actuales de
dos maneras; o bien en cuanto concebimos que existen en relación a un tiempo y
lugar determinado, o bien en cuanto concebimos que están contenidas en Dios y se siguen unas de otras en virtud de la
necesidad de la naturaleza divina. Ahora bien, las que se conciben como verdaderas o
reales de esta segunda manera, las concebimos desde la perspectiva de la
eternidad, y sus ideas implican la esencia eterna e infinita de Dios'.
[E5p29esc]
Spinoza
afirma que el alma es eterna en cuanto que concibe la esencia singular del
cuerpo conforme a una forma de eternidad, pero también en cuanto que concibe
las cosas existentes mediante nociones comunes, es decir, conforme a las
relaciones eternas que determinan su composición y descomposición en la
existencia (espacio, tiempo, causalidad).
8 comentarios:
Entonces la sub specie aeternitatis se refiere a la eternidad del alma que se expresa en algo no eterno como el cuerpo Y que va a la eternidad desde las cosas temporales?
Somos lo que creemos.
Puede referirse a una única dimensión cósmica de la creación en su estructura de espacio-tiempo, cuyos elementos se estructuran entre sí, caďa uno en relación a los otros y a sí mismos. Pensar desde sub specie aeternitatis, es afirmar toda realidad a partir de "paradigma".
No se hagan bolas, dice que la mente es eterna cuando las cosas son vistas desde el punto de vista de lo eterno... Como si fuese una idea al hacerlo es tal la concentración mental en ello, que tú yo desaparece en esa visión , porque te pierdes, he ahí la eternidad del alma, o sea que queda fuera del tiempo.
Bajo la luz de Dios como participando de su vision
Bajo la luz de Dios como participando de su visio
Lo siento.No comprendo bien los comentarios. Hay términos como alma, cuerpo, eternidad.....que son indeterminados, es decir, que en la "mente" de cada uno "suenan"con una melodía, es decir, que tienen una significación....creo que es conveniente precisar bien los términos antes de continuar el diálogo....Hasta luego.
La mente de Dios
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