«Quicquid est in Deo est» o: todas la situaciones tienen el
mismo estado. Ética, libro I
Spinoza tiene una aguda conciencia de que los múltiples presentados –que él llama «cosas
singulares» (res
singulares)— son, en general, múltiples de múltiples. En efecto, una
composición de múltiples individuos (plura
individua) es una sola y misma cosa singular; basta para ello que esos
individuos concurran en una única acción, es decir, sean simultáneamente la
causa de un único efecto (unius effectus
causa). Dicho de otro modo: para Spinoza, la cuenta-por-uno de un múltiple,
la estructura, es la causalidad. Una
combinación de múltiples es un múltiple-uno, por ser ella lo uno de una acción
causal. La estructura es elegible retroactivamente: lo uno del efecto valida lo
uno-múltiple de la causa. El tiempo de incertidumbre de esta legalidad
distingue a los individuos, cuyo múltiple, que se supone inconsistente, recibe
el sello de la consistencia a partir del momento en el que se señala la unidad
de su efecto. La inconsistencia, o disyunción, de los individuos es entonces
considerada como la consistencia de la cosa singular, una y misma. En latín: la
inconsistencia es plura individua; la
consistencia, res singulares. Entre
las dos, la cuenta-por-uno es unius
effectus causa, o una actio.
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