Compositor, guitarrista, innovador de la música electrónica, Richard Pinhas es reconocido como uno de los músicos experimentales más importantes de Francia y una de las figuras fundamentales en el desarrollo del rock electrónico en el mundo. La música original y agresiva producida por su banda Heldon en los años 1970’s --fusión de música electrónica, guitarra y rock--, anuncia el advenimiento de la hoy en día vigorosa e insuperable música tecno. También se le reconoce como un excelente guitarrista con su ‘guitarra diabólica’ siempre en ristre --a los 17 años obtiene un grado en guitarra. Posee además un doctorado en filosofía por La Soborna donde estudió con Gilles Deleuze. Actualmente escribe ciencia-ficción.
Cada uno debe constituir su ser para servir al plano.
Nietzsche
Al filósofo, fundador del plano
Perdidos en los mundos interiores del gran viaje, en
los pliegues de la naturaleza, él nos va a hacer reencontrar la esencia no
humana del hombre y los mundos inorgánicos, los animales, los vegetales, lo
mineral y lo estelar. Vivimos en el más estricto simultaneismo y nuestra
tristeza proviene sin duda de la irreversible perdida de la fantástica unidad
primordial, la Fusión de lo Uno y lo múltiple, del Hombre y de la Naturaleza.
Sin duda aquella la que jamás ha existido, pero su visión romántica nos permite
afrontar los exilios tan difíciles como bellos de un día que muy pronto, podría
devenir peor que la noche. Y nosotros otras bestias de carga, los Idiotas
temporales y los Meteoros, esquizofrénicos de un Mundo terminal debiendo
experimentar las coacciones, una vez más, difíciles pero bellas, de una
trayectoria cósmica e indefinida. Entonces, las "pinturas abigarradas de
todo lo que ha sido creído" son como una especie de muro real en el cual
nuestro destino es el aplastamiento forzado, el crash, la destrucción, o al
contrario la producción de un horizonte sin límite (lo infinito ilimitado), de
un suprasensible absoluto y de las más gran rectitud, la devoción a la obra por
venir.
Pero ahí también reside nuestra última nobleza,
nuestra última Resistencia.
Nuestras producciones son los últimos sobresaltos, los últimos estertores de la Tierra, la Ligera. ¿Quizá nosotros somos, desgraciadamente, los últimos intérpretes, los últimos aquí, los últimos allá? Gloria a los últimos cualesquiera que sean, los últimos románticos despreciadores de lo real ubiquitario, los últimos transductores, los osciladores perdidos de los gritos de la Tierra. Y sufre así la totalidad del Cosmos en el improbable ladeamiento de nuestras subjetividades. Saltando los últimos estratos, los últimos órganos, se ofrece a nosotros la gran desterritorialización. Esta experiencia que nos imponemos es también nuestro honor, el sufrimiento del Hombre y el Puente hacia el Superhombre. Pues no lo dudamos, como se ha dicho de toda época, nosotros seguimos siendo, un Puente hacia el Superhombre. Nuestra carne es la de los innombrables crucificados y nuestras lagrimas, las de un cerebro devenido estelar y molecular.
También, como porvenir, seguimos siendo solo una
imperceptible producción, una multiplicidad de pequeños actos ridículos, de
sueños hipocondriacos que nos liberan en el movimiento mismo en que esas
producciones nos guían hacia el Abismo mayor de las estrellas de la gran
Unicidad heraclitiana. Cada palabra, o bien, cada nota, cada color es para los
"Viajantes" un dolor más terrible aún que el dolor de la Tierra, más
dolorosa aún que la Nada imaginable de nuestros corpúsculos orgánicos cuando
cesa, en un movimiento muy natural, todo proceso de producción.
Afortunadamente, somos los condenados, los excluidos
del mundo inmundo, de la pornografía actual, los grandes desterritorializados,
los hermanos técnicos y deseantes de un Cosmos en extinción. Bella y deseable
es está fusión. Quizá está es la esencia del Querer y, por extensión, de la
Voluntad, de la bella contra-efectuación de la potencia constatando su
inexorable declive. Sepamos declinar con brillantez puesto que toda vida es
(también) Declive, como toda vida, dice Scott Fitzgerald, es (¿sería?) Un
proceso de destrucción.
Somos los Gatsby de los tiempos actuales, los Bartleby de lo virtual, los últimos errantes, los últimos nómadas. Componer ha devenido un acto de amor posible. Y más allá de la composición, más allá del bien y del mal, en la Mecanosfera que es literalmente Maquinación, trucaje, juego (pues todo el tiempo el niño-rey juega a la chita, a las tablas, a los dioses y a los salvajes, a los demonios que saltan más allá de los límites, a la hibris, al computador, a las múltiples prácticas del amor físico...), nosotros describimos el último Plano. El Plano.
A ustedes mis hermanos de dolores y de producción,
entramos al fin y por siempre en el "teatro de la crueldad", la única
verdadera realidad. Y si por desgracia no debiera quedarnos más que un deseo
este sería: la construcción del plano, su consistencia y su densidad, si
inmovilidad y su inmutabilidad, su gozo. Levantemos el plano y activemos su
Apología. Nosotros los condenados, los imperceptibles, activamos la más pura
inmanencia. Nuestra vuelta a fugarnos es la estricta y absoluta ontología del
Plano. Aprendamos a amarlo, a vivir para él y en él. Y si ese plano es la
Rizosfera entonces, sin duda, seremos los últimos Nómadas cósmicos de la
Tierra, reputada de ligera. "Dios calcula, el mundo se hace", en fin
podemos devenir imperceptibles y errar sobre las líneas de fuga de lo Absoluto
(dice). Nuestra tarea es grande, pero inmenso es nuestro coraje pues nunca
encaparemos a esta "bella muerte" prometida como un Edén imposible.
Somos los agentes del Caos, y los voceros del Signo. Pues, podéis estar
seguros, mis amigos, el signo llega. Y si deseamos todavía y siempre el Eterno
Retorno, es como guardianes y garantes errantes del Plano, también nosotros con
jovialidad somos los portadores del "peso más pesado".
Somos los practicantes de lo múltiple, y apostamos al
mundo del mañana, pues habrá forzosamente un mundo mañana, será la efectuación
misma de todas las virtualidades del plano. Hace frío pero despunta el astro en
el horizonte. Este pensamiento del Peso más pesado es también el de la
Rizosfera, a saber la efectuación compleja y concreta del Plano: Rizosfera,
Mecanosfera, Esquizosfera, el plano del deseo y el plano de inmanencia, plano
de consistencia y plano de composición (así lo llama). Y allá reside nuestro
simultaneismo interior. Los mundos conexos y diferenciales son la afirmación
real de las múltiples facetas de la realidad una e indivisible.
Tal vez en los pliegues del Plano reside la esencia
temporal de los nómadas del interior. Sin duda ha llegado el momento de
marcharse, puesto que, dicen los Vedas, hay tanta Aurora en quien aún no la
tiene. Mis hermanos todavía un esfuerzo para reunir al funámbulo y realizar el
ensamblaje de la Resolución. El plano es nuestro Amigo y nuestro aliado,
realicemos todos los posibles. Actualicemos sus virtualidades y sepamos guardar
preciosamente en nuestro corazón la realidad de su existencia. Sin duda
devendremos puras Entidades, torbellinos y soplos, los incorporales y los
incomposibles, Las Diferencias y las Repeticiones. Pongamos sobre nosotros los
manes del gran maestro, Baruch nos muestra la gran quietud del infinito y del
mundo de las fuerzas. En nosotros florece su nombre, el Nombre mismo del gran
pensamiento. Mañana, en un nuevo día, se elevará sobre nuestros rostros
penetrados de luz y de sublime claridad.
Somos el silencio y la luz, los últimos luministas,
los grandes actores del Plano.
Fuente: Les cours de Gilles Deleuze
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