27 abril, 2012

Slavoj Žižek / Desfetichización de la democracia

[P]ara Marx, la cuestión de la libertad no debería ser localizada principalmente en la esfera política propiamente dicha (¿tiene un país elecciones libres?, ¿son los jueces independientes?, ¿está la prensa libre de presiones ocultas?, ¿son los derechos humanos respetados? y una lista similar de preguntas que diferentes instituciones occidentales «independientes» –y no tan independientes– aplican cuando quieren pronunciar un juicio sobre un país). La clave de una libertad real reside más bien en la red «apolítica » de relaciones sociales, del mercado a la familia, y en la que el cambio requerido si queremos una mejora real no es una reforma política, sino un cambio en las relaciones sociales «apolíticas» de producción. LO QUE QUIERE DECIR: lucha de clases revolucionaria, no elecciones democráticas u otra medida política en el sentido estrecho del término. No votamos para definir a quién le pertenece qué, no votamos sobre las relaciones en una fábrica, etcétera: todo esto es procesado fuera de la esfera de lo político y es ilusorio esperar que uno pueda cambiar efectivamente las cosas «extendiendo» la democracia a esa esfera, digamos, organizando bancos «democráticos» [….] Cambios radicales en este campo sólo pueden ser inscritos fuera de la esfera de los «derechos» legales, etcétera: en semejantes procedimientos «democráticos» (que, claro, pueden jugar un rol positivo), y no importa cuán radical sea nuestro anticapitalismo, la solución es buscada aplicando mecanismos democráticos que, no se debería olvidar, son parte de los aparatos estatales de ese Estado […] que garantiza un funcionamiento sin trabas de la reproducción capitalista. En este preciso sentido, Badiou tenía razón en su afirmación de que, hoy por hoy, el enemigo fundamental no es el capitalismo ni el imperio ni la explotación ni nada similar, sino la democracia: es la «ilusión democrática», la aceptación de los mecanismos democráticos como marco final y definitivo de todo cambio, lo que evita el cambio radical de las relaciones capitalistas.

Slavoj Žižek, ¡Bienvenidos a tiempos interesantes! Txalaparta, La Paz, 2012, pp. 34-5.

1 comentario:

Ines Iturriche Etchegaray dijo...

Su mención a la red apolítica, recuerda a Deleuze.
En cuanto al resto...¿Pues que otra cosa?