Spinoza entiende por causa la dependencia causal de todas las cosas, es decir, la
dependencia ontológica del efecto respecto de su causa. Por consiguiente, un efecto
deriva toda su realidad de una causa y ésta para producir esa realidad debe ser
ontológicamente superior al efecto.
En la primera parte de la Ética Spinoza presenta dos axiomas acerca de la relación causal. En
el axioma 3 establece que los efectos se siguen necesariamente de sus causas –[d]ada una determinada causa, de ella se
sigue necesariamente un efecto. (E1ax3) Esta es simplemente una definición
tradicional de cuño escolástico.
Sin embargo, el axioma 4 es el más interesante. Este
axioma establece que el conocimiento de un efecto depende e implica el
conocimiento de su causa --[e]l
conocimiento del efecto depende del conocimiento de la causa y lo implica.
(E1ax4) Una lectura cuidadosa de esto mostrará que en la medida que sabemos sobre
las causas de las cosas, sabemos más de las cosas mismas. Lo nuevo que supone
este axioma 4 es la noción fundamental de inteligibilidad de la naturaleza. Las
cosas pueden ser comprendidas al hacerse inteligible la relación de causalidad.
Para Spinoza, el modelo paradigmático de causalidad es
el orden geométrico. Así entendemos, por ejemplo, una esfera cuando la pensamos
producida por un semicírculo rotando sobre su eje. Aquí debemos distinguir
entre la idea del movimiento del círculo que sólo establece la regularidad
convencional de la causalidad y el movimiento como causa de la esfera, es
decir, no en el sentido de que el movimiento sucede en orden de producir la
esfera, sino que la relación de causalidad se hace inteligible. En otras
palabras, pensar la esfera de esta manera nos ofrece, primero, una comprensión
completa sobre cómo el efecto se produce a partir de la causa y, segundo, nos
ayuda también a deducir las propiedades de la esfera, es decir, a adquirir un
conocimiento del efecto. Si Spinoza puede mostrar que el universo está en
conformidad con el principio de causalidad, entonces habrá lugar para un
entendimiento infinito por el cual el universo es completamente inteligible.
El propósito tácito de Spinoza es abandonar toda
explicación del universo por sus causas finales, pero no para explicarlo por
causas ciegas. De ahí que postula la causalidad como el cemento del universo
que garantiza que el orden de la naturaleza está en correspondencia con el orden
del entendimiento.
Una comprensión total de la causalidad en la naturaleza
requiere el conocimiento de la actividad causal de Dios. Spinoza sostiene que
Dios es la causa eficiente y primera de todo lo que existe – [d]e la necesidad de la naturaleza divina
deben seguirse infinitas cosas en infinitos modos. (E1p16) Más aún, Dios es
causa inmanente, es decir, la causa y el efecto –el universo— no existen como entes
distintos porque todas las cosas son y se conciben en Dios. Tampoco es una
causa transitiva porque una substancia no puede ser producida por otra cosa –[u]na susbtancia no puede ser producida por
otra substancia. (E1p6). Además, Dios es causa de sí, es decir, su esencia
implica que por la sola necesidad de su naturaleza surge su actividad causal.
Por tanto, él es la única causa libre –[s]e
dirá libre aquella cosa que existe
por la sola necesidad de su naturaleza y se determina por sí sola a obrar.
(E1def7). Ahora bien, la actividad causal de Dios no debemos entenderla por
analogía con el hombre suponiendo un entendimiento deliberativo y una voluntad
libre. Entendimiento y voluntad no son principios que puedan distinguirse de su
esencia --a la naturaleza de Dios no le
pertenece ni el entendimiento ni la voluntad. (E1p17esc) Lo que Spinoza quiere
mostrar es que todas las cosas emanan necesariamente de la naturaleza de Dios –de su naturaleza infinita, han fluido
necesariamente, o se siguen siempre con la misma necesidad, infinitas cosas en
infinitos modos. (Loc. cit.)
En breve, Dios existe por la sola necesidad de su
naturaleza y todas las cosas fluyen necesariamente de su esencia. Así entiende
Spinoza el universo, sujeto a una causalidad inmanente.
alm
6 comentarios:
¿ la causa sería entonces la interacción de los factores condicionantes que en su conjunto determinan el efecto ?
Hola Luis,
Sí, en el lenguaje spinoziano, todo evento está determinado por condiciones antecedentes (otros modos finitos) y los principios de la naturaleza (los modos infinitos que derivan de los atributos de la substancia).
Luis, gracias por tus comentarios y cuestionamientos, son siempre muy estimulantes. Un abrazo.
20 haUn placer, Alfredo, seguir tus análisis spinozaianos.
Un abrazo
Alumna: Maria Paula Fabre C. del Instituto Asunción de México. Cumpliendo con su tarea de Filosofía.
KARLA X. LÓPEZ ALVARADO.INSTITUTO ASUNCIÓN DE MÉXICO
jose maria valenzuela IAM
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