Diego Tatián, La cautela del salvaje: Pasiones y política en Spinoza, Adriana Hidalgo editora, Buenos Aires, 2001
"Este estudio de la filosofía política de Spinoza se inscribe decididamente en la corriente que […] llamamos un “espinozismo de izquierda” o progresista, aunque sus conclusiones son menos optimistas que las que expresan los principales exponentes de esta corriente.
La originalidad de este libro, que refleja un conocimiento detallado de la obra de Spinoza y de sus interpretaciones contemporáneas, está reflejada en la relación que establece entre cautela y salvaje, es decir, entre una interpretación que se inspira de Leo Strauss y recalca la difícil coexistencia entre amor de la verdad y política, y la interpretación completamente opuesta de Toni Negri, Matheron, Balibar y Rancière, entre muchos otros, que leen en Spinoza una prefiguración del activismo político de Marx y sus discípulos.
La interpretación que podemos llamar straussiana descubre en Spinoza una doble dificultad, la primera empírica, la segunda de principio. La empírica tiene que ver con el contexto histórico en el que vivió Spinoza, gozando de un espacio que admitía una cierta tolerancia de ideas heterodoxas. Este espacio es mucho más restringido de lo que parece, como Spinoza descubre primero cuando es expulsado de la comunidad judía, y por segunda vez, cuando presencia el asesinato de Jan de Witt por la turba. Habiendo descubierto la fragilidad de este espacio de libre pensamiento, Spinoza desarrolla sus estudios y enseñanzas en secreto, comunicando sus ideas con cuidado a interlocutores selectos, lo que no evita que en varias oportunidades estos reaccionen violentamente contra sus ideas. Pero esta dificultad es solamente empírica, y podríamos pensar que en otros periodos históricos más esclarecidos estas precauciones serian innecesarias. Sin embargo, Spinoza parece sostener, en el Tratado Teológico Político y en la Ética, que la vida política parece requerir la existencia de creencias que si bien no son verdaderas, son útiles al mantenimiento del cuerpo social. Estas ideas no requieren necesariamente un fundamento metafísico, o al menos, solo en tanto se requiere para que la masa pueda hacerlas propias.
La interpretación progresista se inspira sobre todo en el Tratado Político, un escrito posterior al Tratado Teológico, que Spinoza dejo inacabado a su muerte. En términos generales, esta interpretación ve en Spinoza un partidario de una democracia radical, alejado de la doctrina del contrato social (que no aparece en el TP aunque si en el TTP y en la Ética)
En el titulo de este libro, el salvaje es una referencia a la obra de Toni Negri. Entre ambas interpretaciones opuestas, Tatián, aunque más inclinado a las interpretaciones progresistas, rescata de Spinoza el concepto de amistad, y la persistencia del ideal político de una comunidad ideal aún en condiciones desfavorables a su concreción:
Dos son los legados de Spinoza que se han querido poner de relieve: frente al mundo despolitizado de la modernidad triunfante, un elogio de la política como modalidad eminente de expandir nuestra esencia y desarrollar nuestra potencia de existir; frente al mundo de la dominación total y al total imperio de la voluntad de poder --nuestra verdad histórica-- la necesidad de “abandonar el territorio”
. . . en favor de encuentros y comportamientos impolíticos que conserven y realicen paradójicamente el antiguo ideal político de la libertad. (p. 228)
. . . en favor de encuentros y comportamientos impolíticos que conserven y realicen paradójicamente el antiguo ideal político de la libertad. (p. 228)
Es siempre arriesgado preguntarse dónde estaría Spinoza hoy en día, pero por otro lado, ¿no es acaso eso que nos hace aun volver a leer su obra, la presunción que sus reflexiones pueden aun iluminar nuestro presente? En este caso, Tatían se alinea con las lecturas progresistas para ver en la obra de Spinoza una tradición subterránea y marginalizada, de la que participarían Maquiavelli y Marx, opuesta a la tradición del contrato social donde revistan Hobbes, y Locke. Sin embargo entre ambas lecturas posibles, Tatián parece optar por una posición intermedia, quizás en parte reflejando las condiciones históricas en las cuales este libro fue escrito, en un periodo de repliegue del pensamiento progresista. En todo caso, repetidamente Tatián señala la dimensión ‘impolítica’ del pensamiento de Spinoza. ‘Impolitica’ no es equivalente a indiferencia hacia lo político, sino una cierta desconfianza frente al estado y su colonización del espacio público. Tatián se apoya aquí en varios pensadores italianos contemporáneos, que parecen estar tratando de reinventar dificultosamente, en el contexto del pensamiento continental, la noción anglosajona de sociedad civil".
Fuente: Filosofía Contemporánea
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